El vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, lanzó una advertencia contundente sobre el impacto de la ‘regulación excesiva’ en la industria de la inteligencia artificial (IA), señalando que podría frenar su rápido crecimiento. 

Durante su discurso en la cumbre internacional sobre la IA en París, Vance criticó las estrictas normativas europeas dirigidas a mitigar los riesgos de esta herramienta tecnológica.

El debate internacional sobre la IA se dividió en tres enfoques distintos:

  • Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, defiende un modelo de libre mercado sin intervención gubernamental para fomentar la innovación. 
  • La Unión Europea apuesta por regulaciones estrictas para garantizar la seguridad y la responsabilidad en el desarrollo de la IA. 
  • China acelera su expansión en este campo a través de gigantes tecnológicos respaldados por el Estado.

Un momento clave de la cumbre fue la firma de una declaración conjunta por más de 60 naciones, comprometiéndose a promover una inteligencia artificial accesible, inclusiva y ética. Sorprendentemente, China suscribió el acuerdo, mientras que Estados Unidos se mantuvo al margen. 

Entre los compromisos asumidos en la declaración se incluyen la reducción de la brecha digital, la sostenibilidad de la IA y la protección de los derechos humanos, la diversidad y los derechos de propiedad intelectual.

En su primer discurso político de alto perfil desde que asumió el cargo, Vance describió la IA como una revolución industrial comparable a la invención del motor de vapor, advirtiendo que esta transformación podría verse obstaculizada si las regulaciones impiden a los innovadores asumir los riesgos necesarios.