El complejo Stellantis Saltillo se prepara para llevar a cabo, de un momento a otro, un recorte de personal que dejará sin empleo a “cientos de trabajadores”.

La medida se asocia con el clima de incertidumbre que priva en la industria automotriz, derivado de la política arancelaria del presidente Donald Trump.

“El último dato que tenemos de Stellantis es de 900 despidos que se van a dar para estos días”, reveló a VANGUARDIA el director de la Facultad de Economía, Unidad Saltillo, de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), Jonathan Flores Pérez.

Expuso que se sabe de buena fuente que, si bien los despidos todavía no son un hecho, “por lo pronto, ya se anunciaron oficialmente” al interior de la firma.

La decisión enciende un foco de alarma, pues, “de no cambiar el panorama, según lo vemos ahora, los recortes van a continuar también en otras empresas del ramo”, anticipó el economista.

Lo anterior, considerando que gran parte de los empleos directos en la región sureste del estado dependen en gran medida de la industria automotriz, dijo.

Respecto del próximo recorte de Stellantis, comentó: “No estamos hablando de 30, ni de 50 despidos, sino de cientos de trabajadores que perderán su empleo”.

“Lo que salvaría la situación sería que no se cumplieran los aumentos arancelarios”, a lo cual le han apostado muchos analistas, en virtud de la postura errática del presidente Donald Trump y de lo nocivo que resultarían las nuevas tarifas para la economía estadounidense, observó.

“De no aplicarse finalmente las nuevas tarifas, en cuestión de dos o cuatro meses tendríamos de vuelta al Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), con lo que se recompondría paulatinamente la industria automotriz”, explicó.

“Pero mientras no suceda eso, continuará la expectativa de más despidos, afectando severamente al ingreso familiar y, en consecuencia, a la economía, al disminuir el consumo de bienes y servicios”, advirtió.

Mientras tanto, y según los informes recibidos de fuentes allegadas a los ejecutivos de Stellantis, así como de varios de sus proveedores, la empresa “no tiene definido siquiera qué es lo que sigue en el próximo mes”, dada la actual incertidumbre.

Lo que sí estableció claramente, por ejemplo, fue detener la fabricación de una camioneta eléctrica, cuya producción “ya estaba planteada para iniciar en enero de este año”, destacó el director.

En suma, el incierto escenario comercial y la cancelación de ambiciosos proyectos productivos serían los factores que obligan a la desocupación de trabajadores de dicha armadora.

Hasta ahora, esto es lo que de viva voz conocemos de los ejecutivos que están actualmente ahí, en Stellantis y en las empresas que le proveen”, externó.