10/10/2024 (Ciudad de México). Una crucial votación realizada ayer en la Cámara de Diputados permitió al gobierno de Javier Milei, con apenas un tercio de los legisladores presentes que era lo que necesitaba, sostener el veto presidencial a la “Ley de Financiamiento Universitario”. De esa forma logró mantener el drástico recorte de fondos que su administración realizó al sistema universitario público, que ya está teniendo efectos en la calidad educativa y llevará, en el mediano plazo, a un enorme retroceso en la educación superior argentina.

Según datos oficiales, hay en Argentina 66 universidades e institutos universitarios de gestión pública, en que estudian cerca de un millón ochocientos mil personas.

La “Ley de Financiamiento Universitario” fue aprobada por una mayoría en el Congreso, que terminó de expresarse el 12 de septiembre pasado en el Senado, cuando fue sancionada dicha ley, en momentos que ocurría una primera movilización al Congreso Nacional, de centenares de miles de personas en defensa de la educación. En ese momento parecía que la combinación de presión en las calles -así sea luego brutalmente reprimida por la policía al mando de la ministra de seguridad, Patricia Bullrich- con el apoyo parlamentario, podría doblegar los planes de Javier Milei.

Pero Milei es hombre de convicciones -convicciones fascistas, pero convicciones al fin- y no va a retroceder en su draconiano ajuste fiscal, así tenga un enorme costo social expresado en desempleo, caída de la actividad económica e incremento de los niveles de pobreza e indigencia en el país. Piensa el neofascista que los sacrificios del presente, finalmente llevarán hacia una nueva sociedad plenamente abierta al capitalismo, siguiendo el ejemplo del modelo económico neoliberal aplicado en Chile durante el régimen de Augusto Pinochet. Esta referencia histórica, era el propio mandatario que solía manejarla, en los tiempos en que era panelista en canales de televisión.

Pero también es muy fuerte la convicción de los estudiantes, los docentes y los trabajadores de los servicios universitarios. Inmediatamente pasó la ratificación del veto, se ha declarado el paro general en las Universidades Públicas y se masifican en todo el país las tomas estudiantiles de los edificios de las facultades y carreras.

En la sociedad argentina crece sin parar el antimileismo, como la tendencia política predominante en cualquier encuesta y en cualquier grupo focal que se haga para captar opiniones públicas. El gobierno, en menos de un año, ha pasado de un sorprendente respaldo de casi el 60% en el balotaje que Milei le ganó a Sergio Massa en noviembre de 2023, a un respaldo que hoy ronda el 40%, siendo más la cantidad de personas que le rechazan que los que le apoyan.

En respuesta a estos números en rojo, el presidente Javier Milei, a tiempo de festejar su triunfo político, no tuvo mejor idea que compartir en sus redes sociales la amenaza vertida por un fanático seguidor suyo, bajo el nombre de usuario “Mati Smith” que había escrito en X: “Marchas, paros, tomas… Están avisados zurdos, después no lloren derechos humanos y lesa humanidad”.

Es en realidad una amenaza a la democracia argentina, sabiendo quienes ocupan hoy la Casa Rosada (Palacio) que un programa económico y social tan duro como el que están aplicando, sólo podrá sostenerse restringiendo las libertades ciudadanas, llegando al punto del autoritarismo con cierta fachada legal.