El presidente francés, Emmanuel Macron, rompió el silencio este 5 de diciembre después de la caída del Gobierno de Michel Barnier, quien fue destituido mediante una moción de censura impulsada por la izquierda y apoyada por la extrema derecha.
La moción de censura fue una de las más significativas en la historia reciente de Francia, siendo la primera en tener éxito desde 1962.
En su declaración televisada, Macron expresó que, en los próximos días, nombrará a un nuevo primer ministro para suceder a Barnier, quien se convirtió en el primer ministro más efímero del país. Agradeció a Barnier por su “trabajo” y “dedicación”, pero la situación política crítica del país requería una renovación en el liderazgo.
El presidente también abordó los rumores sobre su permanencia en el cargo, reafirmando que cumplirá su mandato presidencial de cinco años y no cederá a las presiones de la oposición para renunciar.
Macron criticó duramente a los responsables de la moción de censura, acusándolos de no tener un proyecto constructivo para Francia, sino de buscar el desorden. En este contexto, llamó a la unidad nacional y a trabajar por la reconstrucción de la nación.
Fragmentación política en Francia complica el futuro del gobierno
A pesar de su postura firme, la situación política en Francia sigue siendo altamente fragmentada. Los partidos políticos continúan divididos, y las coaliciones resultantes serán clave para el éxito del próximo primer ministro.
Además, los líderes opositores, como Jean-Luc Mélenchon, exigen la renuncia de Macron, mientras que Marine Le Pen, de la Agrupación Nacional, expresó un tono conciliador, confiando en la capacidad de recuperación de Francia.