Decenas de miles de personas se reunieron en un estadio de Beirut, Líbano; para despedir a Hassan Nasrallah, exlíder de Hezbollah, quien perdió la vida en un ataque aéreo israelí hace casi cinco meses.
En tanto, Israel hizo una demostración de fuerza al realizar un sobrevuelo sobre Beirut durante el funeral, empleando los cazas del mismo escuadrón que llevó a cabo el ataque en el murió Hassan Nasrallah en septiembre pasado.
El funeral, considerado uno de los más multitudinarios en el país en las últimas dos décadas, contó con la presencia de figuras políticas y religiosas de toda la región. Entre los asistentes se encontraban el presidente del parlamento iraní, Mohammad Bagher Qalibaf, y el ministro de Exteriores, Abbas Araghchi, quienes viajaron desde Teherán en medio de una aparente flexibilización de restricciones aéreas impuestas previamente por Israel.
Sahar al-Attar, una de las asistentes, expresó su conmoción ante la muerte del líder de Hezbollah. “Habríamos venido incluso bajo balas” para rendir homenaje a Nasrallah, afirmó. “Es un sentimiento indescriptible”.
Nasrallah lideró Hezbollah durante más de 30 años y desempeñó un papel clave en la consolidación del grupo como una de las fuerzas más influyentes en Oriente Medio.
Su muerte representó un duro golpe para la organización respaldada por Irán, que también sufrió la pérdida de su sucesor, Hashem Safieddine, en otro ataque aéreo israelí.
Ambos habían sido sepultados temporalmente en lugares secretos y serían trasladados a sus respectivos lugares de entierro en Beirut y el sur de Líbano.
Hezbollah llamó a sus seguidores a congregarse en gran número para el evento, con el fin de enviar un mensaje de resistencia a sus adversarios. Ali Daamoush, alto dirigente del grupo, señaló que alrededor de 800 personalidades de 65 países acudieron a la ceremonia, además de miles de simpatizantes de distintas partes del mundo.
Las medidas de seguridad fueron extremas. Se desplegaron efectivos militares y policiales en los alrededores, mientras que el uso de drones fue prohibido en Beirut y sus suburbios. Además, los vuelos en el Aeropuerto Internacional Rafik Hariri quedaron suspendidos durante cuatro horas.
Poco antes del funeral, el Ejército israelí realizó nuevos bombardeos en el sur de Líbano, alegando que sus fuerzas habían atacado un sitio militar que albergaba lanzacohetes y armamento.