El presidente Donald Trump reiteró su interés en mantenerse en el poder más allá de los límites establecidos por la Constitución.
Durante una entrevista telefónica con NBC News, el mandatario aseguró que “no estaba bromeando” sobre la posibilidad de postularse para un tercer periodo, a pesar de la 22 Enmienda, que prohíbe a cualquier persona ejercer la presidencia más de dos veces.
“Hay métodos con los que podrías hacerlo”, afirmó Trump, aunque añadió que “es demasiado pronto para pensar en eso”. Sus declaraciones avivaron el debate sobre su intención de prolongar su permanencia en la Casa Blanca más allá de 2029.
Desde 1951, la Constitución establece con claridad que ningún presidente puede ser elegido más de dos veces. Sin embargo, Trump insinuó que existen mecanismos para desafiar esta restricción. Cuando la periodista Kristen Welker le preguntó si una opción sería que su vicepresidente, JD Vance, asumiera el cargo y luego “le pasara el testigo”, Trump respondió: “Bueno, esa es una”, sugiriendo que había otras alternativas, aunque se negó a especificarlas.
La posibilidad de un tercer mandato enfrenta múltiples obstáculos legales. Derek Muller, experto en derecho electoral de la Universidad de Notre Dame, explicó que la 12 Enmienda también impediría que Trump postulara como vicepresidente para luego asumir el poder. “No creo que haya forma de eludir los límites de mandato presidencial”, aseguró Muller.
Además, cualquier intento de extender su permanencia requeriría el respaldo de legisladores, tribunales y la ciudadanía. No obstante, Trump parece confiado en su popularidad y ha insinuado que el público aceptaría su permanencia. “Me gusta trabajar”, declaró al ser cuestionado sobre si seguiría al frente del país a los 82 años.
El expresidente ha hecho declaraciones similares en el pasado, generalmente en tono de broma ante seguidores. Sin embargo, esta vez sus palabras fueron interpretadas como una intención real de desafiar las normas constitucionales.
En medio de la controversia, varios legisladores federales evitaron hacer comentarios al respecto. Entre ellos, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, el líder demócrata Hakeem Jeffries y los senadores John Thune y Chuck Schumer.
Mientras tanto, las afirmaciones de Trump sobre su popularidad han sido cuestionadas. Aunque aseguró tener “los números de encuestas más altos de cualquier republicano en los últimos 100 años”, los datos de Gallup muestran que su aprobación nunca superó el 47%, muy por debajo del 90% que alcanzó George W. Bush tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.