Nuevos documentos desclasificados de la CIA revelan que agentes estadounidenses continuaron buscando a Adolf Hitler en Sudamérica durante al menos diez años después de que el mundo creyera que se había suicidado en Berlín en 1945. 

Esta información sale a la luz justo cuando Argentina se prepara para abrir sus propios archivos gubernamentales sobre nazis que se refugiaron en el país tras la Segunda Guerra Mundial.

El relato histórico más aceptado revela que Hitler y Eva Braun —su pareja de toda la vida, con quien contrajo matrimonio un día antes— se quitaron la vida en su búnker el 30 de abril de 1945, mientras las tropas soviéticas avanzaban sobre Berlín. Sus cuerpos fueron parcialmente incinerados y enterrados en un cráter causado por una bomba. 

Posteriormente, soldados soviéticos exhumaron los restos, que fueron identificados por registros dentales y, según informes del MI5, resguardados en Alemania Oriental hasta que, en 1970, la KGB destruyó lo que quedaba del cuerpo, conservando únicamente una mandíbula y un fragmento de cráneo que fueron llevados a Moscú.

Casi de inmediato comenzaron a circular teorías conspirativas que afirmaban que Hitler había logrado escapar utilizando las llamadas “líneas de ratas” —redes clandestinas de fuga para nazis—. Aunque la CIA cuenta con un informe de autopsia que confirma su muerte, otros documentos muestran que varios agentes no descartaban la posibilidad de que el líder nazi hubiese huido a Sudamérica bajo identidad falsa.

¿Hitler se hospedó en un spa argentino?

Uno de esos documentos, fechado en octubre de 1945, informa sobre una investigación en un hotel spa en La Falda, Argentina. De acuerdo con los informes, el lugar habría sido preparado como escondite para Hitler en caso de que lograra escapar. 

La dueña del hotel y su familia eran conocidos simpatizantes del régimen nazi y, según los agentes, habían apoyado económicamente al partido en sus inicios, mediante el entonces ministro de propaganda, Joseph Goebbels.

“Este apoyo voluntario al partido nazi nunca fue olvidado por Hitler”, detallan los documentos. “Durante los años posteriores a su ascenso al poder, su amistad con Hitler se volvió tan estrecha que ella y miembros de su familia vivían con Hitler en el mismo hotel durante su visita anual a Alemania”.

La historia no termina ahí. Otro documento, de octubre de 1955, menciona el testimonio de un informante de la CIA identificado como “CIMELODY-3”, quien recibió información de un amigo que había conversado con un hombre que se hacía pasar por el exsoldado de las SS, Phillip Citroen. 

Ese relato señala que Citroen afirmaba que Hitler seguía vivo en Colombia y que se reunía con él mensualmente. Incluso le mostró una fotografía tomada en una playa de Tunja, en la que supuestamente aparece junto al líder nazi, bajo el nombre de “Adolf Schrittelmayor”.

El amigo de CIMELODY-3 logró sustraer la imagen el tiempo suficiente para hacerle una copia antes de que Citroen se diera cuenta. Según el informe, el hombre que decía ser Hitler habría abandonado Colombia y viajado a Argentina en enero de 1955.

“Philip Citroen comentó que, dado que habían pasado ya diez años desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, los Aliados ya no podrían procesar a Hitler como criminal de guerra”, indica el documento.

El 4 de noviembre de 1955, la CIA autorizó a sus agentes a contactar a un individuo identificado en sus archivos como “GIRELLA”, con el objetivo de investigar más a fondo la misteriosa historia de un hombre que usaba el alias “Adolf Schrittelmayor” en Colombia, antes de 1955. 

Sin embargo, el mismo documento clasificado revela escepticismo: “Se podrían gastar enormes esfuerzos en este asunto con escasas posibilidades de establecer algo concreto. Por lo tanto, sugerimos que se abandone este asunto”. Así, la pista quedó oficialmente cerrada. 

Desde entonces, no se han divulgado nuevos documentos que indiquen que la CIA continuara explorando esa línea de investigación.

Aunque nunca se han encontrado pruebas concluyentes de que Hitler sobreviviera al final de la Segunda Guerra Mundial y escapara de Alemania, es un hecho que varios altos mandos nazis sí lograron huir y todo gracias a través de las llamadas “líneas de ratas” —redes clandestinas que les permitieron escapar hacia Argentina y otros países sudamericanos.

Adolf Eichmann y Josef Mengele ‘El Ángel de la Muerte’

Uno de los casos más notorios fue el de Adolf Eichmann, uno de los principales arquitectos del Holocausto. En 1960, agentes del Mossad israelí lo capturaron en Argentina y lo llevaron secretamente a Jerusalén, donde fue juzgado, declarado culpable y ejecutado. 

Otro personaje infame, Josef Mengele —conocido como el “ángel de la muerte” por sus experimentos inhumanos en Auschwitz— también escapó por estas rutas. Logró evadir la captura hasta su muerte en Brasil en 1979.

Ahora, décadas después, el tema vuelve a cobrar relevancia. A finales del mes pasado, el ministro del Interior argentino, Guillermo Alberto Francos, anunció que el gobierno desclasificará archivos relacionados con nazis que buscaron refugio y fueron protegidos en Argentina tras la guerra.

Buenos Aires Times informó que los documentos incluirán detalles sobre transacciones bancarias, redes de apoyo y el uso de las “líneas de ratas”.

Se estima que alrededor de 10 mil nazis y otros criminales de guerra fascistas escaparon de la justicia refugiándose en América Latina, especialmente en Argentina. La historia aún no está del todo escrita.