Las empresas estadounidenses que dependen de productos chinos expresaron un alivio moderado este lunes, luego de que Estados Unidos y China acordaran una pausa de 90 días en la aplicación de sus respectivos aranceles, según informó el representante comercial Jamieson Greer.

El acuerdo incluye una reducción del 145% al 30% en las tarifas impuestas por EE.UU., y un ajuste similar por parte de China, que bajó del 125% al 10%.

Matthew Shay, presidente de la Federación Nacional de Minoristas, lo calificó como

“un primer paso fundamental para proporcionar alivio a corto plazo” a las compañías que se preparan para la temporada navideña.

Persisten los retos logísticos y la incertidumbre

Sin embargo, muchos empresarios siguen enfrentando problemas. Jonathan Silva, de WS Game Company, señaló que aún tiene nueve contenedores en fábricas chinas listos para exportar, pero teme que la logística colapse ante una carrera por los envíos. “El momento no pudo ser peor”, dijo.

Marc Rosenberg, fundador de The Edge Desk, calificó la tregua de 90 días como “más que peligrosa” y teme que su producción se retrase demasiado.

Pequeños negocios, los más afectados

Empresarios como Jim Umlauf, de 4Knines en Oklahoma, aseguran que el arancel del 30% sigue siendo demasiado alto. “Prácticamente no queda ganancia”, afirmó. Pide exenciones para pequeñas empresas.

Jeremy Rice, decorador en Kentucky, también expresó su preocupación por la falta de dirección:

 “No hay alivio como tal. Es como si sólo estás a la espera del siguiente paso”.

Eric Poses, de All Things Equal en Miami, redujo gastos y publicidad para mantener precios competitivos. Zou Guoqing, exportador en China, pospuso envíos hasta mayo ante la incertidumbre comercial.

Aunque la reducción arancelaria es bienvenida, el sector empresarial demanda un acuerdo de largo plazo que dé estabilidad al comercio bilateral.