El gobierno británico anunció la implementación de la castración química como parte de una estrategia para reducir la reincidencia de delitos sexuales y aliviar la presión sobre el sistema penitenciario, actualmente saturado con casi 90,000 internos.
La secretaria de Justicia, Shabana Mahmood, presentó la medida este jueves ante el Parlamento.
La medida contempla el uso de medicamentos para suprimir el impulso sexual de agresores sexuales, en combinación con intervenciones psicológicas.
Según Mahmood, estudios muestran que este tratamiento puede reducir hasta en 60% la reincidencia. Inicialmente, será aplicado en 20 prisiones en dos regiones, aunque se analiza hacerlo obligatorio. Países como Alemania, Dinamarca y Polonia ya aplican este tratamiento, voluntaria u obligatoriamente.
Reforma penitenciaria urgente
El anuncio se enmarca en una revisión amplia liderada por el exministro David Gauke. Ante un sistema penitenciario al borde del colapso, Gauke recomendó reformas como eliminar sentencias menores a 12 meses (excepto en casos como abuso doméstico), liberar anticipadamente a presos y deportar a extranjeros con penas de hasta tres años.
Shabana Mahmood indicó que una de sus primeras acciones tras el regreso al poder del Partido Laborista fue aprobar la liberación anticipada de reos para generar espacio.
“Nos enfrentamos al colapso de la ley y el orden en este país”, advirtió ante el Parlamento.
Inversión en libertad condicional
La secretaria anunció también una inversión de 700 millones de libras anuales para fortalecer el sistema de libertad condicional y mejorar la rehabilitación con supervisión electrónica.
Gauke respaldó la medida, pero advirtió: “Si no se invierten los recursos necesarios, habrá reacción pública”.
Desde la oposición, el conservador Robert Jenrick criticó la eliminación de sentencias cortas, calificándola como una forma de “despenalización” de delitos menores como el hurto o la agresión.