El papa León XIV pidió el domingo oraciones por los católicos de China, en su primera referencia pública a una de las cuestiones diplomáticas más delicadas para la Iglesia católica en la actualidad.
Durante su bendición del mediodía desde la ventana del Palacio Apostólico, el pontífice solicitó que los fieles chinos, y también los de otros lugares,
“obtengan la gracia de ser testigos fuertes y alegres del Evangelio, incluso en medio de pruebas, para siempre promover la paz y la armonía”.
El llamado se dio un día después de la celebración litúrgica dedicada a la Iglesia en China, establecida en 2007 por el papa Benedicto XVI como una jornada mundial de oración por los fieles católicos en ese país. La fecha coincide con la festividad de Nuestra Señora de Sheshan, patrona de los católicos chinos.
León XIV destacó que
“en las iglesias y santuarios de China y en todo el mundo, se han elevado oraciones a Dios como signo de la solicitud y el afecto por los católicos chinos y su comunión con la Iglesia universal”.
Desde hace décadas, la comunidad católica en China se encuentra dividida entre una Iglesia oficial respaldada por el Estado y una Iglesia clandestina fiel al Vaticano. En 2018, el papa Francisco aprobó un acuerdo con las autoridades chinas sobre el proceso de designación de obispos, con el objetivo de reducir las tensiones.
Aunque los términos del acuerdo no se han hecho públicos, se sabe que permite la participación de las autoridades chinas en las nominaciones episcopales, aunque el Papa conserva la última palabra.
El acuerdo ha sido renovado periódicamente, pese a críticas internas por supuestas concesiones a Pekín y violaciones del pacto.
León XIV enfrentará la decisión de continuar con este entendimiento, en medio de informes sobre nombramientos episcopales realizados sin el consentimiento de El Vaticano. Justo antes del cónclave que eligió al nuevo pontífice, la Iglesia china avanzó con la elección preliminar de dos obispos, un paso anterior a su consagración oficial, lo que intensificó las tensiones diplomáticas.
Según el boletín diocesano de Hong Kong, el cardenal Stephen Chow, quien participó en el cónclave, afirmó que León XIV había visitado China en varias ocasiones antes de su elección y que estaba familiarizado con su cultura y realidad social.
Chow entregó al papa una pequeña imagen de Nuestra Señora de Sheshan, profundamente venerada por los católicos chinos, y le pidió que no olvidara a la Iglesia en China. De acuerdo con la agencia Fides, el papa respondió con un gesto afirmativo.
Las relaciones diplomáticas entre el Vaticano y China permanecen interrumpidas desde que el régimen comunista asumió el poder en 1949. El acuerdo de 2018 representó un esfuerzo por restablecer vínculos mediante la regularización de obispos no reconocidos por Roma y la apertura de canales para el diálogo.