Explicó que, si bien la reducción de jornada no implica la prohibición de trabajar más de 40 horas, las empresas deberán pagar como extraordinarias las horas excedentes, lo que puede elevar costos si no se ajusta la organización del trabajo.

El cambio también traerá un aumento en la masa salarial, que puede tener un efecto dual: por un lado, estimular el consumo y la demanda agregada; por otro, incrementar costos que podrían afectar la inversión y el crecimiento económico si no se manejan adecuadamente.

”El costo laboral incremental por la reducción de la jornada laboral en México puede oscilar entre un aumento del 22 al 38 por ciento, en función del modelo adoptado por las empresas, con impactos diferenciados según tamaño y sector”, señaló Adecco.

Consideró que la clave para minimizar efectos negativos radica en una implementación gradual, incentivos para la productividad y apoyo estatal para las empresas más vulnerables.

Entre los desafíos para la aplicación de esta reforma, Adecco identificó la reciente reforma a la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas, ya que establece que obligar a trabajar jornadas superiores a las permitidas por la Ley Federal del Trabajo (LFT) ya se considera explotación laboral y delito de trata de personas.

La sanción pueden ser penas de tres a 10 años de prisión.

”Esto refuerza la obligación de no abusar del número de horas laborales y protege la dignidad de los trabajadores, especialmente en sectores donde las jornadas excesivas eran una práctica recurrente”, consideró Adecco.

Añadió que muchas empresas mexicanas aún no cuentan con procesos optimizados ni tecnologías que permitan mejorar la productividad por hora trabajada, lo que dificulta compensar la reducción horaria sin perder eficiencia.

La transición requiere inversiones en herramientas digitales, automatización y capacitación, pero el acceso a estos recursos es desigual, especialmente en Pymes y sectores tradicionales.

”Sin una modernización operativa, la reducción podría traducirse en menor producción o en la necesidad de contratar más personal, elevando costos y complejidad administrativa”, subrayó.

Asimismo, anticipó que sectores con alta rotación y escasez de talento calificado enfrentarán dificultades adicionales para sumar y/o reorganizar turnos y mantener niveles de servicio o producción con menos horas por trabajador.