El plan del presidente Donald Trump para imponer aranceles generales a las importaciones reduciría el déficit fiscal de Estados Unidos en 2,8 billones de dólares en una década, pero también elevaría la inflación, dañaría el poder adquisitivo de los hogares y ralentizaría la economía, reveló la Oficina de Asuntos Presupuestarios del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés).
El informe enviado a líderes demócratas del Congreso estima que los aranceles aumentarían la inflación en 0.4 puntos porcentuales en 2025 y 2026.
Este incremento repercutiría directamente en el bolsillo de las familias estadounidenses, que verían disminuido su poder de compra al encarecerse los productos importados.
“A la postre, los hogares comprarían menos productos”, indica la CBO.
Reducción del PIB y caída salarial
Además del efecto inflacionario, la medida tendría un impacto negativo en el dinamismo económico. La CBO proyecta una caída de 0.06 puntos porcentuales anuales en el Producto Interno Bruto (PIB).
En sintonía, un estudio de abril del Modelo de Presupuesto de Penn-Wharton estima que los aranceles reducirían el PIB a largo plazo en 6% y los salarios en 5%.
Aunque Trump anunció los aranceles mediante acción ejecutiva entre enero y mayo, una corte federal los derogó.
No obstante, un tribunal de apelaciones permitió su aplicación temporal mientras continúa el proceso judicial.
Aranceles específicos y crecimiento futuro
El exmandatario ha introducido cambios frecuentes en sus planes. En abril, anunció un aumento del 125% sobre importaciones chinas y la semana pasada decretó un incremento al 50% en aranceles sobre acero y aluminio. La OCDE pronostica un modesto crecimiento económico de solo 1.5% en 2026.
El impacto de estas políticas aún está sujeto a incertidumbre, según advierte la CBO.