El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, promulgó una ley que restringe el uso de teléfonos inteligentes en escuelas primarias y secundarias.

Esta medida, que entrará en vigor en febrero, establece un marco legal que permite el uso de estos dispositivos únicamente en casos de emergencia, con fines educativos o para estudiantes con discapacidades que lo requieran.

“No podemos permitir que el humanismo sea reemplazado por algoritmos”,

afirmó Lula durante la ceremonia de promulgación en el palacio presidencial de Brasilia.

El mandatario destacó que la ley es un reconocimiento al esfuerzo de educadores comprometidos con el cuidado de niños y adolescentes.

El ministro de Educación, Camilo Santana, enfatizó la necesidad de esta regulación debido al acceso temprano de los niños a internet. Según Santana, esto dificulta el control parental sobre lo que los menores consumen en línea:

“queremos que esos dispositivos sean usados solo con fines pedagógicos y bajo supervisión docente”.

El respaldo a esta iniciativa no solo provino de aliados políticos de Lula, sino también de opositores como el expresidente Jair Bolsonaro. Además, la medida cuenta con el apoyo de gran parte de la población.

Una encuesta realizada por Datafolha reveló que casi dos terceras partes de los brasileños están a favor de la prohibición, mientras que el 75% considera que los smartphones afectan negativamente a los estudiantes.

Los padres también se han expresado sobre el tema. Ricardo Martins Ramos, padre de dos niñas en Río de Janeiro, señaló que la restricción fomentará la interacción entre los niños. Por su parte, su hija Isabela, de 13 años, reconoció que muchos de sus compañeros tienen problemas de concentración debido al uso excesivo de estos dispositivos.

La ley brasileña se suma a una tendencia global que busca reducir el impacto negativo de los smartphones en la educación. Países como China y Francia ya han implementado medidas similares, mientras que en Estados Unidos, ocho estados han aprobado restricciones.

Un informe de la UNESCO destaca que uno de cada cuatro países ha adoptado medidas restrictivas en las escuelas. Organismos, instituciones y expertos coinciden en que el uso desmedido de dispositivos móviles contribuye a problemas como acoso, ansiedad y dificultades de aprendizaje.

Aunque esta nueva regulación en Brasil enfrenta retos en su implementación, como se ha observado en estados como Sao Paulo, donde se debate si la medida se aplica también a escuelas privadas.