El Papa Francisco, hospitalizado desde el 14 de febrero en el hospital Gemelli debido a una infección respiratoria, aún no está fuera de peligro, según informó su equipo médico.
El doctor Sergio Alfieri confirmó que el pontífice deberá permanecer internado al menos otra semana mientras sigue recibiendo tratamiento para la neumonía que afecta ambos pulmones.
En una rueda de prensa, Alfieri explicó que Francisco padece una infección polimicrobiana en el tracto respiratorio, aunque descartó signos de sepsis, una condición potencialmente mortal. “El Papa no está fuera de peligro”, afirmó el especialista.
Además, detalló que el sumo pontífice recibe oxígeno suplementario cuando lo necesita a través de una cánula nasal y responde bien a la terapia farmacológica.
Por su parte, el doctor Luigi Carbone, médico personal del Papa, destacó el buen ánimo de Francisco a pesar de su estado de salud. “Está animado y de buen humor”, mencionó Carbone, citando una conversación en la que el Papa bromeó con Alfieri llamándolo “Santo hijo”.
Especulaciones sobre una posible renuncia de Francisco
Mientras el pontífice permanece en el hospital, han surgido nuevamente especulaciones sobre una posible renuncia en caso de que su salud le impida continuar con sus funciones.
Varios cardenales han abordado el tema, incluyendo Gianfranco Ravasi, quien declaró a la emisora RTL 102.5 que si Francisco viera comprometida su capacidad de contacto con la gente, “podría tomar la decisión de renunciar”.
Sin embargo, no hay indicios de que Francisco planee dejar el papado. A pesar de su estado, ha continuado con sus actividades, como el nombramiento de obispos. Según fuentes del Vaticano, el pontífice mantiene su convicción de que el cargo de Papa es de por vida.