Una docena de líderes europeos y el primer ministro de Canadá viajaron este lunes a Kiev para conmemorar el tercer aniversario de la invasión rusa en Ucrania, reafirmando su respaldo en medio del conflicto.

El ministro ucraniano de Exteriores, Andrii Sybiha, y el jefe de gabinete del presidente, Andrii Yermak, acudieron a la estación de tren en Kiev para recibir a los dignatarios, entre ellos, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

En la red social X (antes Twitter), Von der Leyen expresó que Europa estaba en Kiev porque ‘Ucrania está en Europa’.

“Hace tres años, Rusia lanzó su invasión masiva e ilegal de Ucrania. Hoy estoy en Kiev para reunirme con el presidente Zelensky y demostrar que Canadá está con Ucrania, hoy y siempre”, escribió Trudeau por su parte.

PREOCUPACIONES POR EL GIRO EN LA POLÍTICA DE ESTADOS UNIDOS

Las autoridades ucranianas y europeas observan con inquietud el cambio en la postura de Estados Unidos. El presidente Donald Trump ha mostrado una actitud más conciliadora hacia Vladímir Putin, lanzando críticas severas contra el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy.

En los últimos días, Trump calificó a Zelenskyy de ‘dictador’, insinuó que Ucrania es responsable del conflicto y puso fin al aislamiento diplomático de Putin por parte de Washington. 

Además, funcionarios estadounidenses han advertido a Ucrania que su ingreso a la OTAN es improbable y que la recuperación de los territorios ocupados por Rusia, que representan cerca del 20 por ciento del país, sigue siendo incierta.

Mientras tanto, las tropas rusas continúan avanzando en el campo de batalla, aprovechando la escasez de soldados y armamento en Ucrania.

UNIÓN EUROPEA APRUEBA SANCIONES CONTRA RUSIA 

En respuesta a la persistencia del conflicto, los ministros de Exteriores de la Unión Europea aprobaron este lunes un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, destacando restricciones a la llamada ‘flota en la sombra’, una red de embarcaciones utilizada por Moscú para evadir sanciones en el transporte de petróleo y gas, así como para mover grano ucraniano robado.

La Unión Europea anunció la inclusión de 74 barcos en su lista de flota clandestina y aplicó congelaciones de activos y prohibiciones de viaje a 83 individuos y entidades, entre las que se incluyen agencias gubernamentales, bancos y empresas vinculadas al Kremlin.