Este domingo, Ecuador acude a las urnas en una jornada electoral decisiva, marcada por la polarización política y la expectativa de una contienda reñida entre el actual presidente Daniel Noboa, que busca la reelección, y la candidata de izquierda Luisa González, respaldada por el correísmo.
La elección se perfila como un cara a cara entre la continuidad del actual gobierno de tendencia centroderechista y la posibilidad del retorno de la izquierda al poder. Aunque por ley rige una veda para la publicación de encuestas, sondeos previos mostraban un empate técnico, con Noboa apenas superando a González por menos de un punto porcentual.
Con una participación obligatoria para más de 13.7 millones de votantes, se vive un ambiente tenso. En Quito, capital rodeada de volcanes y símbolo del Ecuador dividido, las calles muestran la intensidad de la campaña: afiches falsos, propaganda polarizada y figuras gigantes de los candidatos adornan la ciudad.
“Esperamos que este domingo por fin las cosas se solucionen, nos dejen trabajar en paz y que vuelva la calma”, comentó Marcelo Salgado, un comerciante quiteño de 61 años, reflejando el sentir de muchos ciudadanos agobiados por la crisis política y económica que ha golpeado al país en los últimos años.
Daniel Noboa, el presidente más joven en la historia de Ecuador, apuesta por la continuidad de sus reformas y su política de seguridad. Por su parte, Luisa González, abogada y figura cercana al expresidente Rafael Correa, promete un giro social y económico hacia la izquierda, apelando a la nostalgia por los años de bonanza de la llamada “Revolución Ciudadana”.