Durante su regreso a Estados Unidos tras asistir al funeral del Papa Francisco, el presidente Donald Trump manifestó serias dudas sobre la disposición del mandatario ruso, Vladímir Putin, para poner fin a la guerra en Ucrania. 

Apenas un día antes, Trump había asegurado que Ucrania y Rusia estaban “muy cerca de un acuerdo”; sin embargo, en una publicación en redes sociales este sábado, su tono cambió drásticamente.

“No había ninguna razón para que Putin estuviera lanzando misiles contra zonas civiles, ciudades y localidades, en los últimos días”, escribió Trump, sugiriendo que las recientes acciones de Moscú ponen en entredicho su interés en alcanzar la paz. 

“Me hace pensar que quizás no quiere terminar la guerra. Tiene que ser tratado de forma diferente, ¿a través de ‘sanciones secundarias’ o de la ‘banca’? ¡¡¡Demasiadas personas se están muriendo!!!”, exclamó.

Antes de su regreso, Trump sostuvo una breve reunión en el Vaticano con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, en el marco de los actos fúnebres por el Papa Francisco.

Durante la ceremonia religiosa, otro momento captó la atención internacional: el firme apretón de manos entre Trump y el presidente francés Emmanuel Macron. El gesto, realizado durante el tradicional ‘signo de la paz’ en la misa, revivió la ya conocida dinámica de saludos intensos entre ambos líderes.

La historia de los enérgicos apretones de manos entre Trump y Macron se remonta a su encuentro en París en diciembre, cuando un saludo particularmente vigoroso casi arrastró al presidente francés. Más tarde ese mismo día, Trump acentuó su estilo dominante al colocar su brazo sobre el hombro de Macron en un segundo saludo.

Trump ha minimizado estos episodios, explicando que ‘es solo un apretón firme. Él lo entiende’. 

No obstante, en meses posteriores, los dos mandatarios fueron vistos repitiendo sus característicos saludos intensos, intercambiando palmadas en la espalda y prolongados apretones de manos, siempre acompañados de sonrisas tensas.