El 7 de mayo ha sido confirmado como la fecha de inicio del cónclave que elegirá al sucesor del Papa Francisco. Los cardenales católicos decidieron retrasar la votación secreta por dos días, lo que les permitirá conocerse mejor y alcanzar un consenso sobre un candidato antes de retirarse a la Capilla Sixtina para la elección final. 

Esta decisión se tomó luego del primer día de reuniones informales, celebradas tras el funeral de Francisco el sábado. En un ambiente caótico, los periodistas bombardearon con preguntas sobre el clima interno, la unidad de los cardenales y el inicio del cónclave. 

En particular, un reportero de un programa satírico de televisión italiana interrogó repetidamente sobre la participación de un cardenal italiano condenado por el tribunal penal del Vaticano en un caso relacionado con finanzas. El cardenal argentino Ángel Sixto Rossi, arzobispo de Córdoba y uno de los recientes nombramientos de Francisco, expresó su optimismo sobre la unidad entre los cardenales, asegurando que existe ‘esperanza de unidad’. 

Aunque muchos cardenales han destacado el deseo de continuar el enfoque pastoral de Francisco, centrado en los marginados y la paz, los sectores más conservadores parecen inclinados a centrarse en restaurar la unidad de la Iglesia y devolverla a las doctrinas fundamentales defendidas por san Juan Pablo II y Benedicto XVI, en lugar de seguir la línea de justicia social de Francisco y su apertura hacia mujeres y homosexuales.

El cardenal británico Vincent Nichols, arzobispo de Westminster, subrayó la importancia de la unidad dentro de la Iglesia y minimizó las tensiones internas. Por su parte, el cardenal venezolano Baltazar Enrique Porras Cardozo se mostró confiado en que, una vez iniciado el cónclave, el proceso de elección será rápido, estimando que la decisión se tomará en ‘dos o tres días’.

El Colegio Cardenalicio, encargado de elegir al nuevo Papa, está compuesto por cardenales de diversos rincones del mundo, muchos de los cuales fueron nombrados por Francisco para aportar nuevas perspectivas a la jerarquía eclesiástica. Sin embargo, la falta de familiaridad entre muchos de los 135 cardenales electores —de los cuales 108 fueron nombrados por Francisco— podría generar incertidumbre en un proceso que requiere que dos tercios de los cardenales lleguen a un consenso. 

Nichols reconoció que muchos de estos cardenales no se conocen bien, y algunos de los últimos nombramientos datan de diciembre de 2023.

Solo los cardenales menores de 80 años tienen derecho a voto, y aún se desconoce cuántos de los 135 cardenales electores participarán en el cónclave, ya que uno de los cardenales españoles ya ha anunciado que no viajará a Roma por razones de salud.

Uno de los mayores interrogantes es la participación del cardenal Angelo Becciu, quien fuera uno de los cardenales más influyentes del Vaticano hasta que fue destituido en 2020 por Francisco debido a acusaciones de malversación y fraude financiero. Becciu fue condenado en diciembre de 2023 por el tribunal penal del Vaticano, aunque niega las acusaciones y ha apelado la condena. 

La duda persiste sobre si Becciu, clasificado oficialmente como un ‘no elector’, tendrá derecho a votar. Aunque en 2020 declaró que no participaría en futuros cónclaves, recientemente ha insistido en su derecho a votar, lo que ha llevado a los abogados canónicos a revisar los documentos que regulan el cónclave para determinar su elegibilidad.