Por medio de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), el Departamento de Tesoro de Estados Unidos impuso sanciones a dos integrantes de alto rango del Cártel del Noreste, una organización criminal designada como grupo terrorista extranjero.

Los sancionados son Ricardo González Sauceda, ‘El Ricky’, y Miguel Ángel de Anda Ledezma, alias ‘Miguelón’. Ambos son considerados piezas clave en las operaciones de narcotráfico y violencia del cártel, con presencia en ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos.

El anuncio fue hecho este miércoles por el secretario del Tesoro, Scott Bessent, quien denunció que el Cártel del Noreste ha emprendido una violenta campaña caracterizada por actos de intimidación, secuestros y ataques que generan terror en comunidades fronterizas.

“Dentro del trabajo hacia la eliminación total de los cárteles para hacer América segura otra vez, la administración de Donald Trump hará que estos terroristas rindan cuentas por sus actividades criminales y horrendos actos de violencia”, declaró Bessent.

¿Quiénes son Miguelón y El Ricky?

Miguel Ángel de Anda Ledezma es originario de Nuevo Laredo, Tamaulipas. A sus 40 años, es identificado como un operador clave en la adquisición de armamento para el Cártel del Noreste. 

De acuerdo con el Departamento del Tesoro, también supervisaba pagos a intermediarios y testaferros dentro del territorio estadounidense. Una de las armas que compró fue recuperada tras un ataque contra el Ejército Mexicano ocurrido en marzo de 2024.

Por su parte, Ricardo González Sauceda, alias El Ricky, también originario de Nuevo Laredo, nació el 21 de enero de 1998. Era considerado el segundo al mando dentro del cártel, sólo por debajo de Juan Cisneros Treviño, alias Juanito Treviño.

Además del tráfico de drogas, El Ricky estuvo involucrado en la adquisición y uso de armas de fuego contra fuerzas de seguridad. El 17 de agosto de 2024, participó en un ataque armado en el que murieron dos elementos del Ejército Mexicano y otros cinco resultaron heridos. 

La agresión fue perpetrada por una célula criminal llamada Los Chukys, vinculada directamente al Cártel del Noreste.

Una semana después de su detención, fue vinculado a proceso por delitos contra la salud y posesión de armas de uso exclusivo del Ejército. Actualmente, se encuentra recluido en el penal de máxima seguridad Cefereso Número 1, conocido como El Altiplano, en el Estado de México.