León XIV, el primer papa estadounidense, formalizó el domingo su rol como obispo de Roma al tomar posesión de la Basílica de San Juan de Letrán, la catedral de la diócesis romana.

Con una misa vespertina ante fieles y clérigos locales, el pontífice completó los pasos ceremoniales que consolidan su vínculo con la ciudad.

Tras la ceremonia, se trasladó en el papamóvil a la Basílica de Santa María la Mayor, donde oró ante la tumba del papa Francisco y el icono mariano Salus Populi Romani. En su homilía, León XIV expresó su voluntad de “escuchar para aprender, comprender y decidir cosas juntos”.

La toma de posesión de San Juan de Letrán es uno de los actos fundamentales del pontificado, ya que esta iglesia, aunque menos conocida que la Basílica de San Pedro, es la sede oficial del obispo de Roma.

Si bien el papa delega en un vicario las tareas cotidianas de la diócesis, este gesto simboliza su arraigo en la ciudad eterna.

Vestido con la tradicional capa roja papal y estola bordada, León XIV citó a San Agustín: “Con ustedes soy cristiano, y por ustedes, obispo”, y agregó:

“Hoy puedo decir que para ustedes y con ustedes soy romano”.

El alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, recibió al pontífice con motivo de este Año Santo, que ocurre cada 25 años y en cuya preparación la ciudad ha invertido en obras públicas. Se esperan más de 30 millones de peregrinos en 2025.

León XIV calificó como “una responsabilidad seria pero apasionada” servir a los romanos durante este periodo especial y más allá.