Los funcionarios de la Reserva Federal (Fed) sienten que necesitan reconsiderar los elementos clave en torno al empleo y la inflación en su enfoque actual de la política monetaria, dada la experiencia inflacionaria de los últimos años y la posibilidad de que los shocks de oferta y los aumentos de precios asociados se vuelvan más frecuentes en los próximos años, dijo ayer el presidente de la Fed, Jerome Powell.
“Podríamos estar entrando en un periodo de shocks de oferta más frecuentes, y potencialmente más persistentes, un desafío difícil para la economía y los bancos centrales”, dijo Powell en su discurso inaugural en una conferencia de dos días en la que se reconsideró el enfoque actual de la Fed en materia de política monetaria, adoptado en el 2020 cuando la economía estaba afectada por la pandemia.
“El entorno económico ha cambiado significativamente desde el 2020, y nuestra revisión reflejará nuestra evaluación de esos cambios”, dijo Powell.
Powell no se centró en la política monetaria actual ni en las perspectivas económicas. Sí afirmó que espera que la inflación de precios del gasto en consumo personal en abril descienda a 2.2%, una cifra moderada, pero que probablemente no refleje los próximos aumentos de precios impulsados por los aranceles.
Aun así, esto refleja un resultado históricamente inusual: la inflación cayó desde su pico pandémico sin causar daños importantes a la economía, un aterrizaje suave que sí se produjo bajo la estrategia actual de la Fed. La tasa de desempleo actual, de 4.2%, es superior a la de hace un año, pero se mantiene cerca del nivel que los funcionarios de la Fed consideran pleno empleo.
Sin embargo, sus comentarios sugieren que la Fed puede estar avanzando hacia un enfoque estratégico que haga más explícitos sus planes de mantenerse a la vanguardia de posibles shocks inflacionarios en el futuro.
La cautela en torno a la inflación es una de las razones por las que la Fed ha sido cautelosa al sacar conclusiones rápidas sobre el impacto de las políticas arancelarias de la administración del presidente de Estados Unidos (EU), Donald Trump, que han nublado su capacidad de juzgar la fortaleza y la dirección de la economía; los funcionarios también siguen luchando sobre cómo cambiaron las economías de EU y del mundo como resultado de la pandemia.
La tendencia hacia una mayor globalización e integración del mercado que ayudó a anclar la inflación baja hasta la pandemia, por ejemplo, puede estar retrocediendo a medida que las empresas diseñan cadenas de suministro más flexibles y, ahora, responden a una guerra arancelaria en desarrollo.
Por ahora la Fed ha dicho que se mantendrá al margen, con las tasas de interés estables en el rango actual de 4.25 a 4.50% hasta que se resuelvan esas cuestiones.
Al mismo tiempo, desde principios de año, las autoridades económicas han debatido cómo cambiar su enfoque general de la política monetaria, contenido en un documento que establece cosas como la meta de inflación de 2% y analiza cómo lograrla, así como su otro mandato de máximo empleo.
Hace cinco años, la Fed reformuló su enfoque para permitir más margen para tasas de desempleo más bajas y se comprometió a utilizar periodos de alta inflación para compensar los años en que la inflación fue débil.