El reciente anuncio del expresidente Donald Trump de duplicar al 50% los aranceles al acero y aluminio importados podría generar efectos adversos en el bolsillo de los estadounidenses, especialmente en el supermercado.
Aunque la medida busca proteger a la industria siderúrgica nacional, expertos advierten que sus consecuencias se reflejarán en una amplia gama de productos de consumo.
Comida enlatada, una de las más afectadas
Según Usha Haley, experta en comercio de la Universidad Estatal de Wichita, los aranceles afectarán cadenas de producción completas, incluyendo la industria alimentaria.
“El aumento de los precios de los comestibles sería parte de los efectos en cadena”, señaló. Productos como sopas, frutas, purés y bebidas enlatadas utilizan acero laminado para su embalaje, lo que encarecería su costo final.
Robert Budway, presidente del Instituto de Fabricantes de Latas, advierte que esta política beneficiaría a productores extranjeros y perjudicaría a la industria nacional: “Duplicar el arancel al acero aumentará aún más el costo de los productos enlatados en el supermercado”, afirmó.
Empresas y consumidores, bajo presión
Campbell Soup Company y ConAgra Brands ya analizan cómo mitigar el impacto, aunque reconocen que podría ser inevitable trasladar el aumento a los precios. David Marberger, director financiero de ConAgra, explicó:
“No podemos obtener todos nuestros materiales de Estados Unidos porque no hay suministro suficiente”.
Efectos indirectos más allá de las latas
El impacto va más allá de los productos evidentes. Babak Hafezi, profesor de negocios internacionales en la Universidad Americana, señala que el encarecimiento de maquinaria como tractores también elevará los precios finales.
“Esto se filtra en la economía e impacta en todos sus aspectos”, explicó.
El economista Andreas Waldkirch, del Colegio Colby, concluye:
“Puede que consigas algunos empleos más en la industria del acero. Pero los costos indirectos destruirán empleos en otros sectores. El saldo final podría ser negativo”.