Durante un discurso con motivo del 250 aniversario del Ejército de Estados Unidos en Fort Bragg, el presidente Donald Trump calificó a los manifestantes en Los Ángeles como “animales” y “un enemigo extranjero”.

El mandatario republicano utilizó su intervención, que debía ser conmemorativa, para atacar a los participantes en las protestas contra las redadas migratorias y reforzar su discurso de mano dura.

“Liberaremos Los Ángeles y será libre, limpio y seguro nuevamente”, afirmó Trump, asegurando que la ciudad ha sido “conquistada” por criminales.

Las manifestaciones en la ciudad comenzaron por las redadas y se intensificaron cuando la Guardia Nacional y marines fueron desplegados, pese a la oposición del gobernador Gavin Newsom.

Trump defiende el uso del Ejército en conflictos domésticos

El presidente no descartó aplicar la Ley de Insurrección, que le permitiría movilizar fuerzas armadas para controlar protestas.

Ya ha autorizado el envío de 4.000 efectivos de la Guardia Nacional y ordenó el despliegue de 700 marines. “No permitiremos que una ciudad de Estados Unidos sea invadida”, insistió.

California respondió con una demanda, acusando a Trump de violar la soberanía estatal. “Pisoteó nuestros derechos”, dijo el fiscal general.

Mientras tanto, las protestas han sido contenidas mayoritariamente en unas cuadras del centro, aunque el fin de semana se registraron incendios y bloqueos de autopistas.

Celebración militar con tintes partidistas

Trump presenció una demostración militar con misiles y helicópteros y promocionó un desfile en Washington que coincidirá con su cumpleaños. El evento incluyó puestos de venta con mercancía pro-Trump, juegos para niños y exhibiciones de artillería.

Además, anunció la restauración de nombres de bases militares que habían sido cambiados durante el gobierno de Joe Biden. “Olvidaremos todo eso”, dijo, mientras funcionarios como Pete Hegseth declaraban que el Ejército está “restaurando el ethos guerrero”.

Algunos asistentes, como Robin Boothe, reconocieron que el discurso fue “clásico de Trump”, aunque consideraron inapropiado mezclar política en un acto conmemorativo.