Líderes del Grupo de los Siete (G7) llegan a las Montañas Rocosas canadienses, en una cumbre marcada por tensiones geopolíticas, amenazas comerciales y el creciente protagonismo del presidente estadounidense Donald Trump.

La escalada entre Israel e Irán, sumada a la volatilidad generada por la política exterior de Washington, proyecta una sombra sobre la reunión que buscará, sin garantías, preservar la cohesión entre potencias occidentales.

Guerra, comercio y soberanía, al centro de la discusión en el G7

Los recientes ataques entre Israel e Irán han encendido las alertas de los líderes del G7. El primer ministro británico, Keir Starmer, reveló que ha sostenido conversaciones con Trump y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para buscar una salida diplomática a la crisis.

“Reconocemos el derecho de Israel a la autodefensa, pero esto necesita desescalar. El riesgo regional es altísimo”, advirtió Starmer. Gran Bretaña ya ha desplegado refuerzos militares en Medio Oriente.

A este contexto se suma la política comercial estadounidense. La amenaza de nuevos aranceles ha generado incomodidad en aliados tradicionales. El anfitrión, el primer ministro canadiense Mark Carney, optó por no emitir un comunicado conjunto al final de la cumbre, anticipando posibles fricciones.

Antes de llegar a Canadá, el presidente francés Emmanuel Macron realizó una parada en Groenlandia, en una señal de respaldo a la soberanía territorial, en respuesta indirecta a las declaraciones de Trump sobre convertir a Canadá en el “estado 51” o anexar Groenlandia.

Trump: el factor impredecible

Trump llegará tarde a Kananaskis, y aunque el programa oficial comienza el lunes, se anticipan múltiples encuentros bilaterales. Según el ex primer ministro canadiense Jean Chrétien, el presidente estadounidense “tiende a ser un bully” y buscará protagonismo: “Si decide hacer un espectáculo, déjenlo. El resto debe seguir hablando con normalidad”.

Peter Boehm, exsherpa de Canadá para el G7, advirtió que Trump podría desviar el enfoque de los temas centrales: “Los líderes intentarán adaptarse, pero el giro de la agenda hacia la guerra será inevitable”.

¿Qué se espera de la cumbre?

Aunque algunos líderes creen que podría surgir una declaración sobre la crisis en Medio Oriente, otros dudan que haya unidad suficiente. Las divisiones internas del G7 y el comportamiento errático de Trump dejan en suspenso la posibilidad de acuerdos relevantes.

La cumbre del G7, que oficialmente comienza este lunes y termina hasta el 17 de junio, no solo enfrenta desafíos globales, sino también el reto de mantenerse relevante en una era donde las potencias ya no actúan al unísono.