El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, aseguró que el nuevo Plan Fiscal promovido por Donald Trump en Estados Unidos no representa una amenaza para el fenómeno del nearshoring en México.
Este jueves, durante la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum, Ebrard enfatizó que el país mantiene ventajas que lo hacen competitivo frente a otros mercados.
Ante la pregunta de un periodista sobre los efectos del plan fiscal aprobado recientemente por el Senado estadounidense, y que ahora espera la validación del Congreso en pleno, Ebrard señaló que es muy pronto para decir cómo se aplicará ese plan, pero lo que realmente importa no es la contabilidad, sino la producción.
Además, explicó que aunque el proyecto plantea reducir impuestos a las ganancias en Estados Unidos —lo que podría motivar a algunas empresas a relocalizarse—, México sigue destacando por su productividad, su cercanía geográfica y sus ventajas logísticas.
“Tu costo de producción no va a variar”.
Ebrard también señaló que la economía global avanza hacia un modelo de “desventajas comparativas”, en el que cada país deberá asumir diferentes costos para acceder al mercado estadounidense. En ese contexto, mencionó como ejemplo reciente el acuerdo comercial alcanzado entre Estados Unidos y Vietnam.
“Para los productos de Vietnam, que es un competidor nuestro, entrar al mercado de los Estados Unidos les va a costar algún porcentaje promedio, entre 35 y 40%, cuando a nosotros nos va a costar, en un promedio, 6%”.
El funcionario puntualizó que este tipo de acuerdos refuerzan la posición de México como un destino estratégico para la relocalización de empresas, y afirmó que la reforma fiscal propuesta por Trump no reducirá esa ventaja.
“Nuestra competitividad no se verá afectada, al contrario, se va a acentuar”, aseguró.
El plan fiscal en cuestión incluye recortes al gasto social —como servicios médicos para sectores de bajos ingresos— y contempla fuertes incentivos a las grandes empresas, lo que ha generado preocupación sobre su impacto en la inversión extranjera.
No obstante, Ebrard confía en que México seguirá siendo atractivo por razones estructurales más allá de beneficios fiscales temporales.