El presidente de Estados Unidos, Donald Trump puso en la cuerda floja a Rusia, al advertir que le impondrá aranceles severos si no llega a un acuerdo para poner fin a la guerra en Ucrania en un plazo de 50 días.

Durante una reunión en la Oficina Oval con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, Trump lanzó su advertencia y explicó que los aranceles serían “secundarios”, es decir, dirigidos a los socios comerciales de Rusia con el objetivo de aislarla aún más de la economía global. 

“Uso el comercio para muchas cosas”, dijo Trump. “Pero es excelente para resolver guerras”.

Además de la presión económica, ambos líderes discutieron una nueva estrategia para acelerar el suministro de armas a Ucrania. La propuesta contempla que países aliados compren directamente equipo militar estadounidense y luego lo transfieran a Kiev. Según Trump, las compras ascenderán a “miles y miles de millones” de dólares.

Rutte detalló que entre los países participantes estarían Alemania, Finlandia, Canadá, Noruega, Suecia, el Reino Unido y Dinamarca. 

“La velocidad es esencial aquí”, subrayó, añadiendo que los nuevos envíos podrían obligar a Putin a reconsiderar su postura en la mesa de negociaciones.

De aliado a crítico de Putin

La postura de Trump refleja un creciente desencanto con el presidente ruso. 

Aunque durante su campaña y los primeros meses de su administración defendió la idea de que Rusia estaba más abierta que Ucrania a un acuerdo de paz —incluso llamó “dictador sin elecciones” al presidente Volodímir Zelenskyy—, el aumento de los ataques rusos contra zonas civiles ha erosionado su paciencia.

En abril, Trump pidió públicamente a Putin detener los bombardeos sobre Kiev. Un mes después, publicó en redes sociales que el mandatario ruso “¡se ha vuelto absolutamente LOCO!” ante la continuidad de los ataques.

“Esto simplemente sigue y sigue y sigue”, lamentó Trump este lunes. “Cada noche, la gente está muriendo”.

La amenaza de imponer aranceles, sumada al renovado respaldo militar a Ucrania, marca una intensificación en la presión internacional sobre Moscú para alcanzar un alto el fuego. Ahora, el reloj corre: quedan 50 días para que Trump vea señales claras de paz o comience a aplicar su estrategia comercial como herramienta de castigo.