Por segunda ocasión, habitantes del sur de la Ciudad de México salieron a las calles para marchar contra la gentrificación que, aseguran, se ha intensificado ante la cercanía del Mundial de Futbol de 2026.
Al grito de “vivienda para vivir, no para invertir”, la marcha contra la gentrificación avanzó por la avenida Insurgentes desde la estación Fuentes Brotantes del Metrobús hasta El Caminero, en una marcha convocada por organizaciones vecinales como el pueblo de Santa Úrsula Xitla.
Los participantes denunciaron que la especulación inmobiliaria ya está desplazando a residentes en zonas como Tlalpan y sus alrededores, donde se han levantado nuevos desarrollos habitacionales que afectan tanto el tejido social como el medio ambiente.
Como ejemplo, señalaron el proyecto Fuentes Brotantes 134, que contempla la construcción de 52 viviendas y 147 cajones de estacionamiento, con un consumo estimado de 114 mil litros de agua diarios.
Durante la marcha, varias consignas y pancartas se expresaron en contra de la presencia extranjera, en especial de ciudadanos estadounidenses, a quienes algunos culpan del encarecimiento de la vivienda.
En previsión de incidentes como los ocurridos en una manifestación anterior en la colonia Roma, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) desplegó a decenas de elementos con equipo antimotines para proteger negocios en la zona.
Algunos establecimientos colocaron mantas que advertían ser “negocios familiares mexicanos” para evitar daños.
Aunque los manifestantes intentaron avanzar hacia la caseta de Cuernavaca, las autoridades los encapsularon y obligaron a replegarse hacia El Caminero.
La SSC y el Gobierno capitalino reportaron saldo blanco y anunciaron que mantendrán vigilancia mientras continúen las movilizaciones.