Las principales naciones europeas se pronunciaron este fin de semana en respaldo a Ucrania, subrayando que cualquier acuerdo de paz debe contar con la participación directa de Kiev. La declaración llega días antes de la reunión programada entre el presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo ruso, Vladímir Putin,en Alaska, donde el tema central será el fin de la guerra que entra en su cuarto año.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, agradeció el respaldo europeo y reiteró que su país no cederá territorio al ocupante. “El fin de la guerra debe ser justo. Los ucranianos no entregarán su tierra”, expresó.

Temor a concesiones territoriales

Las declaraciones se producen en medio de la preocupación de que Ucrania sea presionada para aceptar un acuerdo que incluya cesiones territoriales, luego de que Trump sugiriera un posible “intercambio de territorios”. El Kremlin ha reiterado su exigencia de que Kiev abandone su aspiración de unirse a la OTAN y reduzca sus capacidades militares, a cambio de la retirada rusa de algunas zonas.

Funcionarios estadounidenses indicaron que Trump mantiene abierta la posibilidad de una cumbre trilateral, pero por ahora sostendrá un encuentro bilateral con Putin, solicitado por Moscú. Expertos advierten que para Rusia, el simple hecho de conseguir esta reunión ya representa una victoria diplomática.

Preparativos diplomáticos intensos

El canciller alemán Friedrich Merz confirmó que los líderes europeos se están preparando para la cumbre y han pedido a Washington que endurezca las sanciones contra Rusia. Desde la OTAN, el secretario general Mark Rutte elogió las medidas de Estados Unidos para aumentar el flujo de armamento a Ucrania y aplicar sanciones secundarias a países que compran petróleo ruso.

La cita en Alaska podría definir el rumbo de la guerra, pero para los líderes europeos la consigna es clara: “El camino hacia la paz no puede decidirse sin Ucrania”.