China exhortó a Estados Unidos a “dejar de amenazar y chantajear”, luego de que la Casa Blanca insistiera en que la responsabilidad de iniciar una negociación para reducir la guerra comercial recae sobre Pekín.
“China no desea luchar, pero no tiene miedo de luchar”, aseguró Lin Jian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Desde enero, Donald Trump ha intensificado la imposición de aranceles, alcanzando hasta un 145% en bienes chinos, a los que se suman medidas previas que elevan el total hasta 245%.
Pekín respondió con gravámenes de hasta 125%, aunque eximió a productos clave como teléfonos y semiconductores, en un gesto de posible distensión.
Efectos económicos: inflación, bolsas a la baja y presión global
La directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, advirtió que estas medidas podrían tener “graves consecuencias negativas” para la economía global, estimando una posible caída del comercio mundial del 1.5% en 2025.
Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, advirtió que los aranceles provocarán “al menos una inflación temporal” en EE.UU. El miércoles, Wall Street registró fuertes pérdidas: Nasdaq cayó 3.91%, el Dow Jones 1.84% y el S&P 500, 2.69%.
China toma represalias y mantiene su crecimiento
Además de subir aranceles, China suspendió la recepción de aviones Boeing y canceló licencias a exportadores de carne estadounidenses.
Pese a ello, su economía creció 5.4% en el primer trimestre, aunque aún no se reflejan los efectos de la nueva ofensiva.
Trump abre negociaciones con aliados, endurece con rivales
Mientras mantiene la presión sobre China, Trump otorgó 90 días a otros países para negociar antes de aplicar nuevos aranceles. Japón, Corea del Sur, la UE y México figuran entre los afectados. Ursula von der Leyen declaró que Europa está “en posición de fuerza” para futuras negociaciones.
La estrategia proteccionista de Trump sigue generando divisiones y turbulencias económicas globales.