De acuerdo con The Washington Post, el presidente Donald Trump prepara el envío de tropas de la Guardia Nacional a Chicago a partir de septiembre.

El despliegue forma parte de un plan federal que, según el Pentágono, lleva semanas en preparación. La medida busca enfrentar, según Trump, problemas de delincuencia, falta de vivienda e inmigración indocumentada.

¿Cómo reaccionaron Illinois y Chicago?

El gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, negó haber recibido una solicitud oficial del gobierno federal y calificó la propuesta como un intento de Trump por crear una crisis política. En su cuenta de X declaró:

“Seguiremos cumpliendo la ley, defendiendo la soberanía de nuestro estado y protegiendo a los habitantes de Illinois”.

La vicegobernadora Juliana Stratton también rechazó la medida, acusando al presidente de querer sembrar el caos con fines políticos.

¿Por qué dicen que es innecesario?

El alcalde de Chicago, Brandon Johnson, recordó que los indicadores de criminalidad han disminuido notablemente: homicidios (-30%), robos (-35%) y tiroteos (-40%) en el último año.

“Lo que pinta el gobierno federal es falso. La confianza entre residentes y policía es clave para comunidades más seguras”, señaló.

Johnson y Pritzker coincidieron en que un despliegue unilateral de la Guardia Nacional sería ilegal y pondría en riesgo los avances logrados en seguridad.

El presidente Trump adelantó que, después de Chicago, podría enviar tropas a Nueva York, como ya ocurrió en Los Ángeles y Washington, D.C., donde aseguró que hubo una “semana milagrosa” sin homicidios tras la presencia militar.

No obstante, autoridades estatales y locales de Illinois insistieron en que defenderán la soberanía del estado y se opondrán legalmente si la medida se concreta.