Las tensiones en la península coreana volvieron a encenderse este martes, cuando el ejército de Corea del Sur realizó disparos de advertencia luego de que un grupo de soldados norcoreanos cruzara brevemente la línea fronteriza que divide a ambas naciones. 

Cerca de diez efectivos del Norte atravesaron la Línea de Demarcación Militar en la región oriental de la frontera alrededor de las 5 de la tarde, señala un comunicado oficial de Seúl. Tras los disparos y mensajes de advertencia, los soldados regresaron a su territorio sin que se produjeran mayores enfrentamientos.

Este nuevo incidente se suma a una serie de episodios similares en la llamada Zona Desmilitarizada (DMZ), una franja de 248 kilómetros de largo y 4 de ancho, considerada la frontera más militarizada del mundo. 

Repleta de minas, cercas electrificadas, trampas antitanques y soldados armados en ambos lados, la DMZ sigue siendo un tenso legado de la Guerra de Corea (1950-1953), que concluyó en un armisticio, pero sin un tratado de paz definitivo.

No es la primera vez que ocurre una situación así

En junio del año pasado, soldados norcoreanos también cruzaron brevemente la frontera, lo que llevó al Sur a responder con disparos de advertencia. En aquel momento, Seúl indicó que se trató de una incursión no intencional, ocurrida en una zona boscosa donde las señales de la línea de demarcación militar no eran visibles.

Aquellos soldados portaban herramientas de construcción, lo que generó especulaciones sobre su propósito.

Por ahora, se desconoce el motivo del cruce más reciente. El ejército surcoreano aseguró que mantiene una estrecha vigilancia sobre los movimientos del Norte.

El contexto regional añade más tensión a este tipo de incidentes. Corea del Norte, bajo el liderazgo de Kim Jong Un, ha reforzado su retórica militar, estrechando lazos con Rusia y haciendo caso omiso a los llamados internacionales para retomar el diálogo sobre la desnuclearización.

En medio de este clima, Donald Trump —quien regresó a la presidencia de Estados Unidos en enero— ha expresado su intención de reabrir el canal diplomático con Kim. Sin embargo, Pyongyang ha guardado silencio, argumentando que las acciones hostiles de Washington se han intensificado desde el retorno de Trump a la Casa Blanca.

Mientras tanto, Corea del Sur enfrenta un panorama incierto tras la destitución del presidente Yoon Suk Yeol la semana pasada, luego de su controvertida decisión de imponer brevemente la ley marcial.