En la madrugada de este lunes, el Vaticano confirmó la muerte del Papa Francisco, quien falleció a los 88 años. La noticia provocó una rápida reacción en todo el mundo católico, especialmente en Roma, donde la Plaza de San Pedro se llenó de fieles que acudieron para rendirle homenaje.
Tras el fallecimiento del pontífice, el cardenal estadounidense Kevin Joseph Farrell asumió de forma interina la jefatura del Vaticano, mientras se prepara el proceso para elegir al próximo papa.
En las calles cercanas al Vaticano, la multitud se movía lentamente entre la conmoción y el silencio. Personas empujaban bicicletas, llevaban cochecitos o guiaban a sus hijos entre la muchedumbre. Para muchos, como Alessia Saltini, una turista italiana, la muerte de Francisco “golpeó en todos los sentidos”.
De acuerdo con un comunicado del Vaticano, el cuerpo del Papa será colocado en un ataúd este lunes a las 8 p.m. hora local (2 p.m. ET), en un rito solemne que se celebrará en la Capilla de la Domus Sanctae Marthae.
La ceremonia estará presidida por el cardenal Farrell y contará con la presencia de familiares del pontífice y altos funcionarios eclesiásticos.
Un descanso final fuera del Vaticano
En una decisión que rompe con más de un siglo de tradición, el papa Francisco será enterrado fuera del Vaticano.
A diferencia de sus predecesores más recientes, cuyo descanso final se encuentra en las grutas bajo la Basílica de San Pedro, Francisco será sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, al otro lado del río Tíber.
El propio pontífice anunció su deseo en diciembre de 2023, explicando que tenía una “conexión muy fuerte” con esa basílica, la cual solía visitar los domingos por la mañana para rendir tributo a la Virgen María. “Quiero ser enterrado en Santa María la Mayor”, dijo entonces. Será el primer Papa en hacerlo desde León XIII, fallecido en 1903.
El proceso de sucesión: entre la tradición y la modernidad
Con la muerte de Francisco, el Vaticano entra en un período conocido como interregno papal, la etapa entre el fallecimiento de un papa y la elección de su sucesor. Esta transición está profundamente arraigada en la tradición, aunque ha sido adaptada a los tiempos modernos.
Durante los próximos nueve días se celebrarán los Novendiales, un período de duelo en el que se realizarán misas diarias y el cuerpo del pontífice será expuesto en la Basílica de San Pedro para que los fieles puedan rendirle tributo. En ocasiones anteriores, como con Juan Pablo II en 2005, miles de personas formaron largas filas para despedirse.
Mientras tanto, los cardenales menores de 80 años deberán reunirse en Roma para decidir la fecha del funeral y, posteriormente, iniciar el cónclave en el que se elegirá al nuevo papa. Aunque el proceso suele durar entre dos y tres semanas, puede extenderse si no se alcanza rápidamente un consenso.