En los pasillos del Vaticano se repite una frase con cierto tono de advertencia: “Entras a un cónclave como papa, sales como cardenal.”
La elección del Sumo Pontífice no es una carrera de popularidad, sino un proceso profundamente espiritual y, a la vez, cargado de estrategia y simbolismo. Aunque cualquier varón católico bautizado podría, en teoría, ser elegido, desde 1378 todos los papas han sido cardenales.
Para ser elegido, un candidato debe obtener al menos dos tercios de los votos de los cardenales menores de 80 años. El Papa Francisco, al haber nombrado a la mayoría de los electores actuales, ha moldeado un colegio con sensibilidad pastoral afín a su estilo, lo que sugiere que el próximo pontífice podría seguir una línea de continuidad más que de ruptura.
ESTOS SON ALGUNOS DE LOS PRINCIPALES ‘PAPABLES’:
Arzobispo de Budapest, tiene el respaldo de los cardenales europeos, tras haber presidido dos veces el Consejo de Conferencias Episcopales Europeas.
Su experiencia lo ha conectado también con prelados africanos, y su papel en los sínodos sobre la familia le dio visibilidad global. Erdő combina discreción con solidez institucional.
Una figura clave para Francisco desde 2013, encabezó reformas financieras en el Vaticano y defendió el proceso sinodal alemán, lo que lo volvió una figura controvertida.
Ofreció su renuncia en 2021 por la crisis de abusos en la Iglesia alemana, pero Francisco la rechazó. Es un símbolo de cambio para unos y de riesgo para otros.
Exjefe de la Congregación para los Obispos, seleccionó a gran parte del episcopado global durante más de una década. Aunque conservador, ha promovido una visión pastoral del liderazgo episcopal.
Respaldó firmemente el celibato sacerdotal y se mantuvo en contra de la ordenación de mujeres. Sin embargo, hizo un llamado a que las mujeres asuman un rol más relevante en la gobernanza de la Iglesia, destacando la necesidad de ampliar su participación en las estructuras de decisión.
Conocedor de América Latina y firme defensor del celibato, su rol en investigaciones de abusos podría jugar a su favor o en su contra.
Como Secretario de Estado desde 2014, es uno de los hombres más poderosos del Vaticano. Su perfil es percibido como una posible continuación del legado del papa Francisco, aunque con un estilo más sobrio y una marcada inclinación diplomática.
Su elección también significaría el regreso de un pontífice italiano al trono de Pedro, tras los papados de Juan Pablo II (Polonia), Benedicto XVI (Alemania) y Francisco (Argentina).
No obstante, carece de una trayectoria pastoral directa, lo cual podría ser un punto en contra en un cónclave que valore la cercanía con las bases. Además, su nombre ha sido vinculado al escándalo financiero de la fallida inversión inmobiliaria en Londres, un episodio en el que la Secretaría de Estado perdió decenas de millones de dólares provenientes de donaciones de fieles, involucrando a figuras del mundo empresarial con prácticas poco transparentes.
Una figura querida por los conservadores, ha abogado por un retorno a una Iglesia más doctrinaria y litúrgica.
Su enfrentamiento con Francisco sobre el celibato sacerdotal y su cercanía a Benedicto XVI podrían dificultar su elección, pese al deseo de algunos de ver al primer papa africano.
Christoph Schoenborn es arzobispo de Viena y una figura influyente dentro de la Iglesia Católica. Fue alumno del papa Benedicto XVI, lo que le ha conferido una sólida reputación académica y doctrinal que resuena especialmente entre los sectores conservadores.
Su perfil ha estado marcado por posturas que lo han acercado más al estilo pastoral del papa Francisco. Schoenborn respaldó una de las decisiones más debatidas del actual pontificado: permitir la comunión a algunos católicos divorciados y vueltos a casar civilmente. Él defendió esta postura como un “desarrollo orgánico de la doctrina”, en contraposición a la idea de ruptura que sostenían varios críticos conservadores.
Este tema, además, tiene una dimensión personal para él, ya que sus propios padres se divorciaron cuando era adolescente.
Schoenborn fue criticado por sectores del Vaticano debido a su renuencia a sancionar a figuras de alto rango implicadas en abusos sexuales, entre ellos su predecesor en Viena. En cuestiones sociales, ha manifestado su apoyo a las uniones civiles y ha abogado por la posibilidad de que las mujeres accedan al diaconado.
Carismático y cercano a Francisco, Tagle encabeza la oficina de evangelización misionera del Vaticano.
Su sensibilidad asiática, raíces chinas y discurso emocional lo hacen muy popular, aunque su edad relativamente joven podría jugar en su contra entre cardenales que prefieren un pontificado más breve.
Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, es una figura progresista cercana a Francisco.
Su pasado como mediador en conflictos —como en Mozambique y más recientemente en Ucrania— le da un perfil diplomático con sensibilidad social.
Es visto como un posible sucesor alineado con la línea pastoral del Papa Francisco, especialmente por su compromiso con los sectores más vulnerables de la sociedad, pero su relativa juventud podría ser un factor en contra para aquellos cardenales que prefieren un pontificado de corta duración.