Tras la muerte del Papa Francisco, a los 88 años, los cardenales de la Iglesia católica comenzaron este martes a tomar las primeras decisiones clave, entre ellas, la fecha del funeral del pontífice.
La primera reunión de los cardenales tuvo lugar en la sala del Sínodo del Vaticano, donde comenzaron a definir el camino hacia el cónclave que elegirá al nuevo pontífice.
Según las normas vigentes, este proceso deberá comenzar entre el 5 y el 10 de mayo. Mientras tanto, líderes y ciudadanos de todo el mundo continúan enviando mensajes de condolencia por la partida del primer papa latinoamericano de la historia.
Muerte del Papa Francisco: funeral, luto y preparación del cónclave
El funeral se celebrará el sábado a las 10 de la mañana en la plaza de San Pedro y será presidido por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio de Cardenales. Entre los asistentes confirmados se encuentran el presidente estadounidense Donald Trump y la primera dama Melania Trump, así como el presidente argentino Javier Milei.
Los cardenales han informado que los fieles podrán rendirle homenaje a partir del miércoles, cuando su cuerpo sea trasladado a la basílica de San Pedro.
Francisco falleció a causa de un derrame cerebral que lo dejó en coma y provocó el fallo de su corazón. Estaba en proceso de recuperación tras una prolongada hospitalización por neumonía, y realizó su última aparición pública el domingo, cuando ofreció la bendición de Pascua desde el papamóvil en la plaza de San Pedro.
Ese saludo pascual, desde la misma logia donde fue presentado como papa en marzo de 2013, se ha interpretado como un cierre simbólico para su pontificado de doce años, marcado por una apuesta decidida a renovar la Iglesia y enfocarla en su misión evangelizadora, especialmente hacia los más necesitados.
Este martes se difundieron las primeras imágenes del pontífice ya fallecido, vestido con ornamentos rojos y la mitra episcopal, en un ataúd de madera dentro de la capilla del hotel Domus Santa Marta, su residencia desde que eligió no ocupar los apartamentos papales del Palacio Apostólico.
En su testamento, Francisco expresó su deseo de ser enterrado en la basílica de Santa María la Mayor, fuera del Vaticano. Allí se encuentra una de sus imágenes marianas favoritas, una pintura bizantina de la Virgen con el niño Jesús, ante la cual solía rezar al regresar de cada viaje apostólico.
Las habitaciones oficiales del Papa fueron selladas la noche del lunes, siguiendo la tradición vaticana. El cardenal Kevin Farrell, camarlengo del Vaticano, fue el encargado de certificar la muerte y dirigir el ritual.
El cuerpo de Francisco fue velado de forma privada en la capilla del hotel, en una ceremonia reservada a funcionarios y colaboradores cercanos.
A diferencia de sus predecesores, Francisco no fue colocado en los tradicionales tres ataúdes, sino en uno de madera sencilla con un revestimiento interno de zinc. En la basílica de San Pedro, su féretro no será elevado sobre un catafalco, sino que se ubicará frente a los bancos, junto al cirio pascual.
Camino al cónclave
Tras el funeral comenzará el período de luto oficial de nueve días, conocido como novendiali. Durante este tiempo, los cardenales seguirán llegando a Roma para participar en las reuniones previas al cónclave. Este debe iniciarse entre 15 y 20 días después de declarada la “sede vacante”, aunque puede adelantarse si hay consenso entre los participantes.
Una vez iniciado el cónclave, los cardenales se reunirán en la Capilla Sixtina para votar en sesiones secretas. Tras cada ronda, las papeletas se queman: si el humo que sale de la chimenea es negro, no hay papa; si es blanco, se ha alcanzado el consenso.
Para ser elegido, un cardenal necesita obtener dos tercios de los votos. Si acepta el cargo, su elección es anunciada al mundo desde el balcón central de la basílica con la tradicional fórmula: Habemus papam —”Tenemos papa”—.