Esta semana, las autoridades sanitarias de Estados Unidos dieron un paso importante en la lucha contra el Alzheimer: aprobaron la primera prueba de sangre diseñada para ayudar en el diagnóstico temprano de esta enfermedad neurodegenerativa. 

Esta herramienta promete identificar a los pacientes que podrían beneficiarse de tratamientos que, aunque no curativos, han demostrado ralentizar modestamente el progreso del deterioro cognitivo.

Autorizada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), la prueba está destinada a personas de 55 años o más que presenten signos iniciales de pérdida de memoria. 

Su principal función es ayudar a los médicos a determinar si los síntomas se deben al Alzheimer o a otras causas.

Actualmente, más de 6 millones de estadounidenses —y millones más en todo el mundo— viven con Alzheimer. (Foto: Canva)

Actualmente, más de 6 millones de estadounidenses —y millones más en todo el mundo— viven con Alzheimer, la forma más común de demencia. La nueva prueba, desarrollada por Fujirebio Diagnostics, Inc., detecta la presencia de beta-amiloide, una proteína que forma placas en el cerebro y es considerada un marcador clave de la enfermedad.

Hasta ahora, identificar esta proteína requería procedimientos invasivos, como análisis del líquido cefalorraquídeo, o costosos escáneres PET. 

Con la llegada de esta prueba de sangre, se abre la puerta a diagnósticos más accesibles, cómodos y económicos, lo que podría facilitar el acceso a tratamientos como Leqembi y Kisunla. Ambos medicamentos, que requieren infusiones intravenosas periódicas, han mostrado efectos positivos al reducir los niveles de amiloide en el cerebro, aunque sus beneficios son limitados.

En los últimos años, algunos hospitales y laboratorios han desarrollado sus propias versiones de pruebas para detectar el amiloide, pero sin supervisión de la FDA ni respaldo de los seguros médicos. Esto ha dado lugar a un mercado poco regulado, que algunos expertos describen como un verdadero “salvaje oeste” en el ámbito del diagnóstico.

El nuevo avance también podría impulsar el desarrollo de otras pruebas similares. 

Grandes compañías farmacéuticas como Roche, Eli Lilly y C2N Diagnostics ya trabajan en sus propias versiones, que deberán pasar por el riguroso proceso de aprobación de la FDA. Cabe destacar que estas pruebas solo pueden ser solicitadas por médicos y están destinadas exclusivamente a personas que ya muestran síntomas.