Un nuevo acuerdo comercial se ha pactado entre Estados Unidos y China, uno que según el mandatario estadounidense Donald Trump, busca dar continuidad a las negociaciones iniciadas meses atrás. 

Aunque los detalles del pacto aún no han sido revelados por Trump, se trata de un paso significativo en una de las relaciones económicas más tensas y complejas del mundo.

Trump confirma nuevo acuerdo pero no da detalles

“Acabamos de firmar con China el otro día”, afirmó Trump la noche del jueves, refiriéndose al acuerdo que, según el secretario de Comercio, Howard Lutnick, fue “firmado y sellado” dos días antes. Sin embargo, ninguno de los dos ofreció detalles específicos sobre los términos.

El Ministerio de Comercio chino confirmó este viernes que ambas partes habían definido “más detalles del acuerdo marco”, aunque evitó mencionar directamente el acceso estadounidense a minerales de tierras raras, un punto crítico en las conversaciones recientes. 

Estos materiales son esenciales para la producción de tecnologías avanzadas como autos eléctricos, turbinas eólicas o smartphones, y han sido motivo de tensiones después de que China impusiera nuevos controles de exportación.

En abril, Beijing estableció restricciones a la venta internacional de siete elementos de tierras raras, lo que encendió las alarmas en industrias tecnológicas globales. 

A pesar de ello, esta semana las autoridades chinas anunciaron que acelerarán la revisión y aprobación de licencias de exportación de estos minerales, lo que podría suavizar uno de los principales focos de conflicto con Washington.

El acuerdo actual parece dar continuidad al marco de negociaciones establecido en mayo durante reuniones en Ginebra y Londres. Aquel entendimiento permitió congelar temporalmente los aumentos arancelarios que amenazaban con frenar buena parte del comercio bilateral.

Además del tema comercial, el fentanilo también ha figurado en las negociaciones. Trump ha exigido a China mayores controles sobre los precursores químicos utilizados por los cárteles mexicanos para fabricar esta droga. 

Como respuesta, Beijing anunció recientemente que designará dos nuevas sustancias como reguladas, lo que implicará mayor supervisión en su producción y exportación. En paralelo, el gobierno estadounidense mantiene aranceles del 20% sobre ciertas importaciones chinas como represalia por el tráfico de fentanilo.

Pese al avance diplomático, las secuelas económicas de la guerra comercial se siguen sintiendo. En Estados Unidos, la economía se contrajo un 0,5% anual en el primer trimestre del año, en parte por la carrera de empresas y consumidores para importar bienes antes de la entrada en vigor de nuevos aranceles. En China, los beneficios de las fábricas cayeron más del 9% en mayo, especialmente en el sector automotriz.

Mientras tanto, Trump aseguró que este no será el último tratado comercial de su administración. 

“Vamos a tener un acuerdo tras otro”, dijo Lutnick, quien también adelantó que India podría ser el próximo socio en firmar.