A pocos días de que se lleve a cabo la cumbre entre Donald Trump y Vladímir Putin en Alaska, prevista para este viernes, Ucrania y sus aliados europeos alzan la voz: ningún acuerdo sobre intercambios territoriales puede negociarse a sus espaldas.
El mandatario estadounidense sugirió que un pacto de paz podría incluir “algún intercambio de territorios”, pero en Bruselas y Kiev no ven señales de que Moscú esté dispuesto a ceder algo a cambio. Además, ni Ucrania ni la Unión Europea han sido invitadas a la reunión.
Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea se reunirán este lunes para evaluar la situación, tras un fin de semana de contactos entre asesores de seguridad europeos y estadounidenses.
El temor: que Putin intente presentar a Ucrania como intransigente y usarlo como capital político.
“Al trabajar hacia una paz sostenible y justa, el derecho internacional es claro: todos los territorios temporalmente ocupados pertenecen a Ucrania”, puntualizó la jefa de política exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas.
“Una paz sostenible también significa que la agresión no puede ser recompensada”.
Desde Berlín, el canciller Friedrich Merz advirtió que Alemania no aceptará que Washington y Moscú decidan “por encima de las cabezas” de europeos y ucranianos.
En el terreno, Rusia mantiene el control de Crimea —anexada en 2014— y de las regiones de Donetsk, Luhansk, Jersón y Zaporiyia, ocupadas parcialmente desde 2022. El avance ruso ha sido lento y costoso, con un saldo de más de 12 mil civiles ucranianos muertos, según la ONU.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, admitió que el control ruso “tendrá que estar sobre la mesa” en cualquier negociación futura, aunque subrayó que Occidente nunca podrá aceptarlo legalmente.
Lo primero es un alto el fuego: Volodímir Zelenskyy
Para el presidente Volodímir Zelenskyy, el punto de partida debe ser un alto el fuego en la línea del frente, con la plena libertad de Ucrania para decidir sobre su territorio, su ejército y su futuro en la Unión Europea.
Ceder tierras sin un cese previo de hostilidades, insisten en Kiev, sería inaceptable después del sacrificio de miles de soldados.
En última instancia, advierten analistas europeos, Putin busca menos la tierra que una Ucrania políticamente alineada con Moscú y alejada de la OTAN, un escenario que para Bruselas sería una amenaza directa a la seguridad europea.