El Pleno de la Cámara de Diputados aprobó en lo general y en lo particular la reforma por la que la Guardia Nacional queda formalmente adscrita a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Con 351 votos a favor de Morena, PT y PVEM, y 124 en contra del PRI, PAN y MC, el dictamen fue turnado al Senado para su análisis.
¿Qué implica la reforma a la Guardia Nacional?
Además de su adscripción a la Sedena, la reforma establece que el Ejecutivo podrá otorgar licencias especiales para que militares de la Guardia Nacional puedan asumir cargos civiles o de elección popular. Según el dictamen, si no se fija un plazo, la Sedena dará por terminada la licencia al concluir el mandato presidencial.
También se aprobaron cinco reservas propuestas por Morena y aliados. Una de ellas, presentada por el diputado Raúl Bolaños-Cacho (PVEM), otorga a la Guardia Nacional la tarea de proteger áreas naturales, en atención al crecimiento del tráfico ilegal de vida silvestre.
Otra reserva, de la diputada Martha Aracely Cruz Jiménez (PT), garantiza que la actuación de la Guardia será con un enfoque de derechos humanos.
¿Por qué generó rechazo esta reforma?
La oposición denunció que la medida militariza la seguridad pública y vulnera el carácter civil del Estado. Legisladores como Laura Ballesteros (MC) y Rubén Moreira (PRI) alertaron sobre una supuesta intención del gobierno federal de usar la Guardia Nacional para vigilar a críticos y opositores.
“Morena quiere una dictadura como nunca antes había visto este país”, dijo Moreira, al denunciar que las reformas también permitirán obtener en tiempo real la ubicación de cualquier ciudadano a través de su teléfono celular.
La minuta fue enviada al Senado de la República, donde continuará el proceso legislativo. Mientras tanto, la oposición advirtió que presentará acciones legales y amparos para frenar lo que llaman una amenaza al Estado democrático.