El presidente estadounidense, Donald Trump, generó controversia el miércoles al elogiar el “buen inglés” del presidente liberiano, Joseph Boakai, durante una reunión con líderes africanos en la Casa Blanca.
Trump preguntó: “¿Dónde aprendiste a hablar tan bien?”, a lo que Boakai respondió explicando que estudió en Liberia, país cuyo idioma oficial es el inglés.
¿Cómo reaccionaron en Liberia y África?
El comentario fue percibido como condescendiente por varios liberianos y africanos. Archie Tamel Harris, defensor juvenil liberiano, declaró a CNN:
“Me sentí insultado porque nuestro país es un país de habla inglesa”. Un diplomático liberiano anónimo consideró la pregunta “inapropiada”. Además, la política sudafricana Verónica Mente criticó la pasividad de Boakai en redes sociales.
Liberia fue fundada en 1822 por la Sociedad Americana de Colonización para reasentar esclavos liberados, declarando su independencia en 1847.
El inglés es su idioma oficial. Por ello, el comentario de Trump fue visto como ignorante del contexto histórico y reflejo de una visión colonialista persistente. CNN recordó además antecedentes polémicos del expresidente con África, como llamar “países de mierda” a naciones del continente en 2018.
¿Qué dijo la Casa Blanca y el gobierno de Liberia?
La administración Trump defendió las palabras como un elogio sincero. Massad Boulos, asesor para África, afirmó que todos los asistentes agradecieron la reunión. La subsecretaria de prensa, Anna Kelly, dijo que Trump hizo más por la estabilidad global que Joe Biden.
Por su parte, la ministra de Exteriores liberiana, Sara Beysolow Nyanti, aseguró a CNN que el presidente Boakai no se sintió ofendido, explicando que el comentario reflejaba el reconocimiento de la influencia estadounidense en el acento liberiano.
Pese al malestar expresado por parte de la sociedad africana, Trump mantiene su discurso de amistad con el continente.
Durante la misma reunión, elogió la riqueza natural y humana de los países invitados y recibió sus peticiones de mayor inversión estadounidense. La controversia resalta las tensiones latentes en la diplomacia internacional y la importancia de entender la historia y sensibilidad de las regiones.