Esta semana, Venezuela liberó a 10 ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes que permanecían encarcelados en su territorio, como parte de un complejo acuerdo diplomático entre Caracas, Washington y San Salvador. 

A cambio, Estados Unidos deportó a decenas de migrantes venezolanos retenidos en El Salvador, muchos de ellos acusados sin pruebas por el presidente Donald Trump de pertenecer al grupo criminal Tren de Aragua.

El pacto representa un logro estratégico para los tres mandatarios involucrados. Para el presidente venezolano Nicolás Maduro, simboliza un triunfo político y humanitario. Para Donald Trump, precandidato presidencial republicano, fortalece su discurso de “proteger a los estadounidenses” detenidos en el extranjero. 

Y para Nayib Bukele, mandatario salvadoreño, supone la concreción de una propuesta que presentó hace meses y que le permitió recibir seis millones de dólares a cambio de retener a los migrantes venezolanos en su prisión estrella: el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT).

“Cada estadounidense detenido injustamente en Venezuela ahora está libre y de regreso en nuestra patria”, declaró el secretario de Estado, Marco Rubio, quien además agradeció públicamente el papel de Bukele, a quien calificó como un aliado de Trump.

Venezolanos recuperan su libertad tras meses de encierro en el CECOT

El punto más sensible del acuerdo fue la liberación de más de 250 migrantes venezolanos que llevaban meses encerrados en la megaprisión CECOT, una cárcel de máxima seguridad construida por el gobierno salvadoreño para combatir a las pandillas.

Estos migrantes habían sido enviados allí bajo acusaciones de pertenecer al Tren de Aragua, basadas en la aplicación de la antigua Ley de Enemigos Extranjeros, una norma del siglo XVIII que Donald Trump utilizó para justificar su detención y expulsión sin derecho a proceso. 

Sin embargo, hasta ahora no se ha presentado evidencia que respalde esas acusaciones, y el caso escaló hasta la Corte Suprema de Estados Unidos. La situación en el CECOT ha sido duramente criticada por organismos de derechos humanos, que han documentado cientos de muertes, torturas y condiciones inhumanas dentro de sus muros. 

Según Maduro, uno de los venezolanos liberados perdió un riñón a causa de las palizas recibidas en prisión.

Imágenes de la repatriación

El gobierno salvadoreño difundió imágenes de los migrantes esposados y vigilados por policías antimotines mientras abordaban autobuses y aviones con destino a Caracas. Una vez en suelo venezolano, muchos de ellos rompieron en llanto, se persignaron y se abrazaron, algunos aún usando mascarillas y con evidente agotamiento.

“El día perfecto para Venezuela”, celebró Maduro, tras asegurar que su gobierno brindará atención médica y apoyo a los repatriados. 

El ministro del Interior, Diosdado Cabello, explicó que todos pasarán por evaluaciones médicas y controles de antecedentes antes de ser liberados con sus familias.